Ciudad de México, 2024.- En los últimos años, y más después de la pandemia de Covid-19, el modelo tradicional de trabajo ha experimentado cambios significativos. Ahora, muchas compañías han adoptado un enfoque más flexible hacia los esquemas remoto o híbrido (una parte presencial y otra a distancia), pero también hacia otro no tan conocido y que está ganando terreno en el mundo laboral: El coworking.
Esta alternativa llegó a México en el 2009, de acuerdo con Mordor Intelligence, representando un mercado cuyo valor para Latinoamérica se estima en 1.66 mil millones de dólares (mdd) a finales del 2024 y alcanzaría los 1.91 mil mdd en 2029, con una tasa de crecimiento anual compuesto del 10.6% en dicho periodo. Su relevancia es tanta, que cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional del coworking.
El coworking es un modelo de trabajo donde personas de diferentes empresas y proyectos comparten un espacio común, diseñado especialmente para fomentar la colaboración, la creatividad y la flexibilidad; con ventajas como la reducción de costos asociados con el mantenimiento de grandes oficinas y una mayor productividad, sobre todo cuando los colaboradores tienen la opción de elegir entornos mejor adaptados a sus necesidades. Sin embargo, para que estas promesas sean una realidad, existe un elemento primordial que los empleadores y arquitectos de un proyecto de este tipo deben tener muy en cuenta: La iluminación.
En la experiencia de Juan Carlos Laso, CEO de Grupo Construlita, para este tipo de lugares no es conveniente instalar luminarios que siempre entreguen la misma intensidad y tonalidad de luz. Pensando en que una sala de coworking será ocupada por varias personas al mismo tiempo, y que nunca serán las mismas por lo que la rotación es constante, lo ideal sería implementar sistemas de control que permitan crear una iluminación personalizada; pensando en la productividad, pero también en el bienestar de los ocupantes.
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En este sentido, la incorporación de innovaciones como el LED y sistemas de gestión de la luz que pueden controlarse incluso desde una aplicación móvil, ayudan a crear esa iluminación personalizada según las necesidades de quien ocupe un espacio de coworking. Aquí entran desde soluciones para regular el color y la temperatura de la luz o el cambio de tonalidades RGB (rojo, verde y azul en español), hasta sensores de ocupación para optimizar la energía y capturar datos relacionados con el consumo eléctrico de edificios, entre otros avances.
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Usos, normatividad y certificaciones
El especialista detalla que, al elaborar un diseño de iluminación para cualquier oficina, es de suma importancia identificar las tipologías de trabajo con las que contará, ya que dichos requerimientos establecerán los complementos necesarios para el correcto funcionamiento de cada uno de los entornos. Entre algunos de los espacios laborales, en los que se busca adaptar el diseño de iluminación centrado en el bienestar de las personas, destacan: Exteriores, áreas de circulación interior, zonas de servicios, áreas de trabajo como tal y talleres de alta precisión.
La guía para saber cuáles son los requerimientos lumínicos mínimos en cada espacio, a partir de la regulación nacional, está en la NOM-025-STPS-2008 "Condiciones de iluminación en los centros de trabajo". Dependiendo del área del edificio y la tarea visual del puesto, en esa Norma Oficial Mexicana se precisan los niveles básicos de iluminación en luxes (lx), que van de los 20 lx para exteriores a los 20,000 lx donde se requiere un alto grado de especialización en la distinción de detalles.
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Por último, el CEO de Grupo Construlita subraya el gran potencial de la automatización y el control inteligente que actualmente incluyen los productos más novedosos del sector para espacios laborales. Aparte de ayudar a optimizar procesos, es una cualidad que se ha vuelto tendencia precisamente por la capacidad de crear iluminación personalizada, así como por la posibilidad de integrarse de mejor manera a distintas formas de trabajo y requerimientos, tanto individuales como colectivos, que resultan en la construcción de ambientes más agradables y motivadores.
En conclusión, el atractivo de un espacio dedicado al coworking no radica únicamente en la arquitectura general del edificio, ni la productividad viene solamente del trabajador. Para ambos puntos, la iluminación es clave y merece ser evaluada en su justa dimensión.