Cómo cuidar adecuadamente tu rutina de skincare: almacenamiento y lectura de etiquetas

Protección contra la luz solar: muchos productos contienen ingredientes activos como la vitamina C o el retinol, que pueden degradarse si se exponen al sol. Es recomendable almacenarlos en un lugar fresco y oscuro para preservar su eficacia. 

Regulación de la temperatura: evita guardar tus productos en ambientes cálidos o húmedos, como el baño, ya que pueden alterar su composición. Opta por un cajón o un organizador en un espacio seco. 

Uso del refrigerador: algunos sueros y cremas para el contorno de ojos pueden beneficiarse de ser refrigerados, prolongando su vida útil y ofreciendo un efecto refrescante. Sin embargo, no todos los productos requieren frío, así que consulta las indicaciones del fabricante. 

Sellado de envases: asegúrate de cerrarlos bien para prevenir la contaminación bacteriana y la oxidación de los ingredientes activos, manteniendo así la eficacia del producto. 

Fecha de caducidad y PAO (Period After Opening): indica hasta cuándo el producto es seguro de utilizarse. El PAO, señalado por un ícono de tarro abierto con un número (como “12M”), indica la cantidad de meses recomendados para su uso tras abrirlo. 

Conocimiento de los ingredientes: familiarizarte con los activos te ayuda a evitar combinaciones que puedan irritar la piel, como el retinol con ácidos exfoliantes o la vitamina C con niacinamida. 

Certificaciones: sellos como “dermatológicamente probado” o “hipoalergénico” pueden sugerir que el producto ha sido testeado en pieles sensibles, aunque cada piel puede reaccionar de manera distinta. 

Instrucciones de uso: algunas fórmulas están diseñadas para aplicarse en momentos específicos del día, como en la mañana o en la noche. Seguir estas recomendaciones maximiza los beneficios del producto.