Jamaica es no sólo una tierra de playas y sol, sino también un sitio en el que
las leyendas se han cimentado a partir de su fabulosa cultura. Uno de los
pilares culturales de la isla es el rastafarismo, un movimiento que considera al
emperador etíope Haile Selassi la encarnación misma de Cristo en su carácter
de Dios, al tiempo que eleva al periodista de origen jamaiquino Marcus Garvey
y al Príncipe Emmanuel Charles Edwards a la condición de encarnaciones
diferentes de Dios, formando entre los tres una Santa Trinidad.
El rastafarismo nació en los años treinta entre la población negra de clase
trabajadora, combina algunas creencias milenarias de origen africano con
influencias del cristianismo fundamentalista norteamericano, en especial el
surgido en el seno de la Iglesia Bautista. Es importante destacar que no se
trata de una religión en el sentido formal de la palabra, ya que no existe una
organización o estructura que la sostenga, sino que debe entenderse como
particular forma de entender la vida.
La real génesis de este movimiento debe hallarse en el régimen de esclavitud
que regía en Jamaica en épocas del dominio europeo. En esa época, los
esclavos (en los comienzos llegados desde África y luego descendientes
directos) trabajaban y morían en las plantaciones sin ningún tipo de derecho.
Pese a estas condiciones, estos esclavos mantuvieron su cultura y tradiciones
lo cual en el siglo XX, desencadenó un movimiento de revalorización cultural
que se transformó en expresión política gracias a la labor del periodista
jamaicano Marcus Garvey.
Su tarea en la reconstrucción de los valores africanos se tradujo en el
movimiento Regreso a África, que fue inspiración para darle sentido de
identidad, propósito y orgullo a un pueblo desmoralizado por la esclavitud. En
ese sentido, vale recordar la proclama de Garvey en 1916, instando a la
población negra jamaiquina a mirar hacia África, donde sería coronado un rey
negro. Según Garbey, ese sería finalmente el día de la liberación. Y así fue
como con la llegada de Haile Selassie al poder de Etiopía en 1930 se cumplió
la profecía que sentó las bases firmes del rastafarismo.
Bob Marley
Bob Marley y el rastafarismo están íntimamente ligados, ya que el legendario
músico jamaiquino fue no sólo quien universalizó la música reggae sino
también quien elevó al conocimiento de todo el mundo la fe rastafari.
Bob Marley nació el 6 de febrero de 1945 en la tranquila villa de Nine Miles, en
la provincia de Saint Ann, 89 kilómetros al noroeste de la capital jamaicana.
Tras su muerte en 1980, sus restos fueron depositados en una cripta en Nine
Miles, algo a los que siempre se ha opuesto su viuda, quien entiende que su
cuerpo debería tener descanso eterno en Etiopía, la tierra donde reinara el
adorado Haile Selassie y en la que Marley siempre habría querido ser
enterrado. Sin embargo, contra lo que solicita la viuda, los jamaiquinos
defienden la idea de que los restos del gran Bob permanezcan en Jamaica.
Más allá de su lugar de descanso definitivo, no hay dudas que Bob Marley es el
mayor símbolo de Jamaica en la actualidad y como prueba de ello vale citar
una encuesta en la que los jamaicanos votaron que Marley debería ser
declarado como el octavo héroe nacional.
Para adentrarte en este mundo, un tour imperdible cuando visites
Jamaica, no dejes de hacer el recorrido en la "Línea de autobús de Zion", el
cual te llevará a una peregrinación musical desde Eight Rivers, hasta el lugar
de nacimiento y el lugar de descanso final del Rey del Reggae, Bob Marley. Su
conductor navega por los estrechos y sinuosos caminos rurales hasta el pueblo
de montaña de Nine Miles, compartiendo relatos y anécdotas de la vida y
juventud Bob Marley.
Esta experiencia mística te expone a la religión, la cultura y las prácticas de
rastafari, ¡Una visita obligada para todos los entusiastas del reggae!